¿Parques naturales?

Seguramente por esta entrada mereceré algún premio limón, pero no puedo evitar escribirla.

¿Cual podría ser la definición de "Parque natural" en Kosovo?. Voy a describir lo que en un primer vistazo tienen en común estos sitios en Kosovo.

Vaya por delante que solo he estado en dos áreas protegidas, En las montañas del Sharr y en las cataratas del río Mirushës, y sobre todo en esta última.

1) Señalización. A la entrada del camino un letrero en albanés / inglés / serbio te informa que estás en el comienzo del camino que lleva a las cataratas, con los logos de las entidades que colaboraron no se sabe en qué, tal vez en habilitar el camino, algún dato sobre las rocas, número de lagos y cataratas y poco más. Ni rastro de mapa ni indicaciones. Total, ¿para qué, con lo divertido que es perderse?.

Se sigue el camino que parece el principal, porque a parte del anterior letrero, no vuelves a ver ni una indicación de la ruta, que hasta el primer lago son unos 30 minutos andando por el monte. El problema eran los desvíos: ¿Cuál tomar?. Al final tiré por un camino y, como debía ser mi día de suerte, logré llegar al lago

2) Basura. Uno de los métodos para saber que vas por buen camino es la cantidad de basura acumulada en sus bordes. Por alguna misteriosa razón que soy incapaz de entender, la gente lanza la basura que genera al suelo. Además cubos de basuras no hay muchos. Cuanto más bonito es el sitio, más basura hay, ya que los sitios bonitos son geniales para hacer una parada mientras te zampas un bocata y bebes de la botella de plástico; cuando acabas, basura al suelo y a seguir el camino. Es realmente difícil hacer una foto en la que no aparezca un "resto".

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3) Chiringuito. ¡Qué mejor sitio para poner un bar que en mitad de un parque natural!. Cerca de Pejë se encuentra el desfiladero de Rugova. Hay un montón de chiringiutos, generalmente monstruos de hormigón o de retales de materiales. Lo mismo en el nacimiento del río Drin. El río Mirushës no iba a ser diferente, y en la primera catarata hay dos chiringuitos. Peor aun, como no llega la electricidad, para generarla han colocado una pequeña turbina, tapada por una sombrilla playera, y alimentada por dos tuberías de plástico negro que cruzan la pared junto a la cascada.

Acceso al segundo de los chiringuitos

Generador de electricidad y tubos de alimentación en mitad de la pared de la cascada

4) Ruido. Decía Fray Luis de León:

  ¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido! 

Pues por aquí al parecer no debe haber sabios. La cascada te recibe no con el ruido del agua al caer, sino con el de la radio del chiringuito, que la tiene bien alta. A lo mejor se puede pensar que hay mucha gente, pero no, solo un viejo y su nieto, que cansados de no a tender a nadie en el chiringuito, se entretenían pescando.

5) Pintadas. En cualquier área natural protegida que se precie no puede faltar una buena serie de pintadas en las paredes; el tema es lo menos importante.

Me quedo con Fray Luis de León.

  ¡Oh campo, oh monte, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

  Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de quien la sangre ensalza o el dinero.

  Despiértenme las aves
con su cantar süave no aprendido,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
quien al ajeno arbitrio está atenido.