lunes, 20 de mayo de 2013

Meteora

Me he propuesto visitar otras zonas de los Balcanes. Como he puesto todo mi empeño, no he encontrado tiempo para hacer otra entrada para el blog. Espero que la siguiente no se haga esperar tanto.

Hace poco pasé por Meteora. Esperaba que me gustara, pero la realidad superó las expectativas.

La zona se encuentra junto a las poblaciones de Kalambaka y de Kastraki. El paisaje espectacular, de película -aquí se rodaron escenas de una película de James Bond, dice mi hermana-. Moles de roca oscura, inmensas, rodeadas de bosques y parajes yermos.
S. Nicolás Anapafsas

Kastrati, desde Meteora.

Una amiga comenta que es lugar de meditación, y razón no le falta. Meditación y contemplación.
Dos contemplando lo inmenso.

Monasterio de Varlaam.
Algunos se quedan de piedra al observar esta maravilla.
Estas orugas estaban en árboles sobre el camino de entrada al Monasterio de Gran Meteora. Cuando terminaban con todas las hojas del árbol, se lanzaban al suelo sujetos por un hilo de seda. Los que pasabamos nos llevabamos más de una en la ropa. El visitante que no meditaba y charlaba demasiado, seguro que se zampaba alguna por abrir tanto la boca.
Ánimo chicas, ya queda poco.


Tantas había que se producían atascos en la bajada.

Mirad este escarabajo que correteaba por una roca al sol, lanzando destellos metálicos.




Con todo el respeto del mundo, no pude dejar de pensar como el primer monje de cada monasterio llegó a la cima de su roca -con una cuerda supongo, para que los otros pudieran subir-. Escalar con hábito ha de ser harto difícil.

Monasterio de Varlaam

Ahora los visitantes lo tenemos más fácil. Una carretera te acerca a cada monasterio, y desde los aparcamientos se accede a los monasterios por puentes y escaleras excavadas en la roca.

Puente de acceso al M. Roussanou.

Claro que los monjes también lo tienen más fácil llegar. A pie como los visitantes, y las cargas pasaron de los antiguos tornos movidos con motor de alubias a una especie de teleféricos grises, con motor eléctrico.

Torno del Monasterio del Gran Meteora.



Lo que todavía conservan son los instrumentos para marcar las horas, una especie de tablón y tres trozos metálicos a modo de campanas.



En un momento llegó a haber 24 monasterios, ahora solo quedan 6. Cosas de las guerras y del paso del tiempo.
M. Varlaam.

Monasterio de Varlaam. Al fondo a la derecha, el de Roussanau, que es de monjas.
Monasterio de la Santísima Trinidad.
Al atardecer, salí desde Kalambaka andando hacia el Monasterio de la Santísima Trinidad, por un sendero que la carretera no cruza. Mereció la pena el esfuerzo, y di Gracias.

Monasterio de la Santísima Trinidad.

2 comentarios:

  1. Precioso paisaje, dan muchas ganas de ir, da mucha paz, un poco de vértigo,... Besos.

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  2. ¡Increible!. También es meritoria la tarea del fotoógrafo ... ¡Y luego dicen que el pescado es caro...! ¡Y en la segunda decena del s XXI!.juanestella.

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