domingo, 9 de octubre de 2011

Llegó la lluvia y el frío... ¡Bien!

Desde que estoy en Pristina solo he visto llover un día. Y ya llevo 3 meses. Para un montañés como yo, no ver llover de vez en cuando me resulta sorprendente.


Puede llamar la atención que me alegre de que llueva un sábado, pero tengo mis razones:
  • Así no tengo que ir a trabajar. La lluvia impide los trabajos urgentes, por lo que todo puede esperar al lunes. Vivo a unos tres cuartos de hora del lugar de trabajo, por lo que ir allí un sábado me da una pereza tremenda.
  • Lavo el coche. Me gusta coger coches grises, no porque sean más bonitos, sino porque se nota menos que está sucio. Aun así tras un mes en una ciudad tan polvorienta como Pristina, reconozco que ya le tocaba pasar por el auto lavado. Pero con la lluvia de ayer y hoy, está prácticamente como recien lavado.

También llegó el frío, la máxima no pasó de 9 grados, según decía el parte mentirológico. Y aunque no soy de fiarme demasiado de los mentirólogos, lo cierto que hace algo más que fresquete. Era previsible, al fin y al cabo estamos en otoño.

En vista de la situación, me dediqué a la cocina. Al segundo intento conseguí una "Tortilla española". La mejor que he tomado desde que estoy aquí.

Además logré hacer dulce de membrillo. Tal y como comenté en la pasada entrada, tenía 5 membrillos recogidos del jardín. Tras quitar la parte de impuestos a pagar a la naturaleza, cuyos recaudadores en forma de gusano estaban zampándose todo lo que podían -es lo que tiene la fruta recogida de un árbol sin pesticidas-, me quedé con unas dos frutas y media.

Me ha quedado fenomenal, falsa modestia aparte. En color y sabor. Como no tengo pasapuré, utilicé batidora. Compré al llegar una "Made in China" -no os la recomiendo- que es más bien perezosa, pues a los 20 segundos empieza a oler a chamusquina. Según las instrucciones solo se puede usar 45 segundos cada 10 minutos. Con la batidora el membrillo quedó muy amarillo, pero tras estar 45 minutos revolviendo el dulce en la cazuela, al final quedó para chuparse los dedos. Literal, porque la verdad es que es un poco pringoso hacer dulce.

Lo que no quedó tan bien fue mi muñeca, tras remover la masa 45 minutos.

6 comentarios:

  1. jajajaaaa fer, y no resulta más cómodo comprarlo??? no sé... digo yo...

    ResponderEliminar
  2. Yo acabo de encontrar una receta de bizcocho de manzana sin huevo.
    Tras terminar la quiche de carne para mañana me pongo manos a la obra.
    Ya te contaré. Ya se que tu no tuenes problema con la albúmina pero en esta casa esas cosas tan ricas estaban vedadas.
    Tambien hemos hecho (María) las galletas de mantequilla (estilo Paula), sin huevo. Muy bien y Miguel encantado.
    Munudas navidades nos esperan con todas estas recetas!
    Hasta otro momento

    ResponderEliminar
  3. Cris, aunque te parezca mentira, como comentaste en la entrada anterior, logré hacer el membrillo. Prueba superadaaaaa.

    Lo malo es que me da pena comerlo, es como un hijo, pequeñito y dulce.

    mrh, ya me pasarás la receta de las rosquillas. Creo que a partir de ahora habrá más días lluviosos.

    ResponderEliminar
  4. Fer cochino, lava el coche que con la lluvia no vale!!!!! :P

    Ya no se poner mi nombre otra vez... :(

    María.

    ResponderEliminar
  5. Fer si no te quieres comer el membrillo, preséntaselo al poto y que se hagan amigos, a lo mejor surje una bonita amistad!!!

    ResponderEliminar
  6. Lo del dulce de menbrillo tiene perenmengues; yo lo hago mucho más sencillo: unos amigos que tienen este frutal preparan cada año un montón de pastillas Algo más grandes (y gruesas) que las tabletas de chocolate gruesas. Y cada año se acuerdan de hacerme llegar tres o cuatro; por cierto, el último alijo me lo entregaron el 3 de junio y aun queda un trocito que será consumido mañana. ¿Ves que sencillo?. Juanestella.

    ResponderEliminar