sábado, 8 de marzo de 2014

Adiós Kosovo, adiós. Hola, gran ciudad.

Vuelvo a casa. Acaba de anochecer hace poco, y en el cielo la constelación de Orión inicia su eterna persecución de las Perseidas, protegidas por Tauro.


Estoy en la gran ciudad, lejos de Kosovo pero observando las mismas estrellas. Me gusta mirar al cielo. Pienso que nos hace más humanos. El cielo más o menos es el mismo en cada hemisferio; no hay fronteras, ni muros ni barreras.

En cambio en la Tierra, no hacemos más que poner impedimentos a los desplazamientos de los demás; y con esto me refiero a los subsaharianos que intentan dejándose la vida pasar a Europa. No quiero caer en la postura idealista de permitir que todo el mundo nos podamos mover libremente, por los riesgos de desequilibrio social. Pero no puedo evitar ponerme en la piel de ese emigrante: ¿Por qué he nacido yo en España, y él en mitad del desierto de Sudán? ¿Acaso yo lo merecía y él no? ¿Tengo yo derechos que él no tiene?.

Mi tío me habló una vez de Antonio Montesinos, dominico cuyo famoso discurso recobra actualidad una y otra vez, y eso que tuvo lugar hace 5 siglos. Aconsejable leerlo, así como los escritos de Francisco de Vitoria sobre derecho internacional. Impresiona que se escribieran hace 5 siglos. Parece que se ha escrito hoy.

Hace unos días, en el museo de la gran ciudad pude ver otra obra maestra de hace 5 siglos, "El jardín de las delicias". Si alguien me dice que la pintaron hace 40 años, me lo creería.La gran ciudad y sus habitantes también son sorprendentes, como los Balcanes, y eso me gusta ("Nunca pierdas la capacidad de sorprenderte" le aconsejaba la sabiduría a la protagonista de "El mundo de Sofía", de Jostein Gaarder). Por ejemplo en el metro, descubres que hay otra ciudad subterránea. El otro día bajé unos 25 metros -equivalen a la altura de 6 plantas de una casa- para cambiar de línea de metro. En las escaleras mecánicas la gente se coloca ordenadamente en fila de a uno a la derecha, para que los valientes que suben más rápidos puedan adelantarles; en esto los Balcanes no se parecen, el concepto de guardar el turno está sustituido por el de "tonto el último". En un rellano dos seguidores de Hare Krisna salmodiaban repetitivamente; en otro los tres miembros de una anacrónica banda de heavy metal tocaban una canción que sonaba bastante bien.

De los aborígenes me hace gracia que son lectores compulsivos -con muchos libros electrónicos más que en papel- y su animadversión a andar; todos los trayectos, por cortos que sean, los tienen que hacer en vehículo; en esto se parecen a los de Pristina. Quizá por ello tienen desarrollada una asombrosa capacidad para indicarte colores de la línea de metro, número de estaciones que vas a pasar, escaleras mecánicas o no en las estaciones de transbordo, etc. En general andan algo estresados, corriendo (en metro, coche o bus, por supuesto) de un lado para otro; si por un rara casualidad lograras encontrar a alguien conocido en la calle, nada de "Venga, vamos a tomar algo"; Si les propones algo así, sacarían su agenda personal -imprescindible- y te darían cita para dentro de una semana, si tienes suerte, antes de continuar, apresurado, su camino. Vamos, que es como ir al médico.

No creáis, estoy encantado de estar aquí. La ciudad es grande, y tiene sitios preciosos. Miro el futuro con Esperanza. Elevo la mirada al Cielo, que siempre estará ahí, y contemplo a Orión, el gigante mitológico, persiguiendo a las bellas ninfas Perseidas seguido por sus dos perros, el mayor y el menor, estos más preocupados por perseguir una liebre, mientras un toro se interpone entre las ninfas y el cazador. ¿Qué no os suena esta historia? Pues mirad al Cielo, y dejaros sorprender. No os arrepentiréis.

Hasta siempre, Kosovo. Hola, Madrid.

3 comentarios:

  1. Tu sabes sacarle lo bueno a todos los sitios así que disfrutarás de la gran ciudad.
    Bienvenido.

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  2. Fué muy interesante seguir este blog, buen viaje.

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  3. quiero hacerte una pregunta. estoy por ir a grecia en moto desde barcelona, pero voy a hacerlo con una yamaha fz6 s2, que no es una moto idónea para caminos donde no haya asfalto. Pienso atravesar albania costeando el adriático.¿podrías decirme si, pegado a la costa, encontraré carreteras asfaltadas, aunque sea en mal estado? Gracias

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