domingo, 16 de septiembre de 2012

Kotor

La llamada hasta hace dos siglos Cattaro es una de las sorpresas, en mi opinión, que ofrece la costa dálmata.

Situada al fondo de una bahía con foma de alas de mariposa, de pindias orillas y altas montañas, por su localización Kotor es una ciudad mezcla de fortaleza y puerto.

Tras la rendición -pactada con los venecianos- de Skodra (1479) al imperio otomano, Kotor y su bahía se convirtió en la ciudad tapón frente al expansionismo otomano por la costa de Dalmacia. Los venecianos, de naturaleza marinos y comerciantes, construyeron una preciosa ciudad de piedra, protegida por una vertiginosa muralla. Y es que la costa dálmata es una estrecha franja litoral, flanqueada por altas montañas de difícil acceso. En 1797, con la conquista de Napoleón de la República de Venecia -Perasto, localidad cercana a Kotor, fue la última plaza de la República de Venecia donde ondeó la bandera veneciana-, Kotor pasó a manos austrohúngaras (Congreso de Viena), hasta que en 1918 se integró este territorio en el Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos.
Bahía de Kotor



La población se halla protegida por un recinto amurallado que trepa por la montaña, jalonada de bastiones y de una capilla dedicada a Nª Sª de la Salud (que falta hace para llegar a la parte superior de la muralla). En ella me encontré la siguiente lápida, para mi sorpresa:


¿Cátaros? ¿Aquí y en el siglo XIX? ¿Los mismos que el libro "El código Da Vinci" cita erróneamente?. Pensé que se refería a los albigenses -del latín albo (blanco o puro) y griego kazarós (puro)-, herejía católica famosa en el sur de Francia (Aragón) en el siglo XII. Luego descubrí que la ciudad se llamaba Cattaro. Como en el siglo X llegaron a esta zona los bogomilos, otra herejía muy parecida a la cátara, pienso que pueden tener relación. En la guía local de Kotor que manejé es curioso que no se cita el nombre de Cattaro y si el de Kotor, quizá para remarcar la eslavicidad de estas tierras.

La entrada más espectacular a la bahía es por la antigua carretera que viene de Cetinje; aviso, no apta para personas que se mareen con las curvas, tiene varios kilómetros de zig-zag.

Una vez en Kotor no hay que arredrarse y subir hasta la parte superior de la zona amurallada; las vistas merecen la pena y un poco de ejercicio no viene mal a nadie, total unas 1350 escaleras no deberían asustarnos.


Recomiendo visitar la Catedral de San Trifón y su museo (1166), y la pequeña iglesia de San Lucas (1195), que aunque hasta 1657 fue católica, desde entonces es ortodoxa. En ella se celebraban ritos de ambas confesiones. Los dos iconostasios que tiene y los frescos de las paredes merecen la pena una visita.

Capilla de San Espiridón, Iglesia de San Lucas
Al que le guste la playa, tendrá que ir hacia al sur, hacia Ulcinj, Budva y Sveti Stefan. De Kotor hacia el norte apenas hay playas, y las pocas que hay son de piedra en vez de arena.
Calle de Kotor
Nucleo fortificado de Kotor


Puerto de Perasto





2 comentarios:

  1. Que entrada más chula, porque además la zona es preciosa. Gracias por toda la información histórica. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Los cátaros más conocidos tuviron su asiento, efectivamención la inscnte, al sureste de Francis, en la comarca de Carcassone y los supervivientes parece ser que se refugiaron más al sur, en localidades de cataluña y Castellón; no me extraña que te llamara la atención la inscripión que acopañas.
    Tabién me llama la atención la voz "iconostasio" -es la primera vez que la veo mencionar- como lugar donde se exponen iconos, equivalente a la nuestra "retablo". Muy interesante este artículo. En la Costa Dálmata te mereces ser distinguido por lo que aportas a su turismo. Juanestella.

    ResponderEliminar